Para todas aquellas
personas que usen audífono, aconsejamos (cosa que en la práctica no
sucede) realizar una visita periódica -al menos una vez al año- al
fonoaudiólogo de cabecera. La consulta consistirá en registrar las
posibles variantes que pudieran presentar desde su último control o
provisión del aparato de audición y proceder a su nueva regulación. La
visita deberá anticiparse si nota que con pila nueva la escucha ha
disminuido, a fín de establecer si es producto de mal funcionamiento del
aparato o por causas personales que denotan la disminución de su capacidad
auditiva.
Si no posee los
conocimientos necesarios, no trate de reparar o modificar las condiciones
en que el audífono le fuera entregado. La mayoría de las reparaciones que
se solicitan, lo son por desperfectos en la manipulación indebida y
generalmente producen gastos mayores, pudiendo a veces, necesitar la
provisión de una nueva unidad cuyo costo es poco accesible para una gran
parte de la población.
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